En tiempos de crisis, cuando la desesperanza parece ganar terreno, Dios levanta hombres y mujeres que caminan en fe y poder sobrenatural. Uno de esos ejemplos es Elías, quien enfrentó una nación en decadencia —con idolatría, sequía y corrupción— y se mantuvo firme en la presencia de Dios.
Su historia nos enseña cinco lecciones poderosas:
La crisis no es el final —es el escenario donde Dios manifiesta Su poder. Así como Elías fue sustentado por cuervos y por una viuda sin recursos, Dios tiene provisión sobrenatural para quienes confían en Él.
La harina, el aceite y la leña —representan la Palabra, la unción y la fe activa. Solo cuando estos tres elementos se unen, se desata el milagro.
Resucita lo muerto —Elías clamó y el hijo de la viuda volvió a la vida. Dios también puede resucitar tu esperanza, tu empresa, tu fe o tus sueños.
Restaura tu altar —sin altar no hay fuego, y sin fuego no hay transformación. La solución comienza cuando volvemos a la comunión con Dios.
Declara con autoridad —cuando el pueblo volvió su corazón, vino la lluvia. Así también, cuando nos alineamos con Él, la restauración comienza.
La clave de la sobrenaturalidad de Elías no estaba en su fuerza, sino en su comunión: “en cuya presencia estoy”. No importa cuán intensa sea la crisis: si permaneces en Su presencia, verás provisión, milagros y lluvia de bendición sobre tu vida.